La importancia de ‘Nerfeadas’

Por qué debemos hablar más del documental de Marina Amores y Marta Trivi

El 20 de marzo de 2020 se estrenó el primer episodio de la serie documental Nerfeadas, una obra formada por once vídeos de poco más de media hora que se puede ver al completo en YouTube. Fue un proyecto autofinanciado por Marina Amores y Marta Trivi. La periodista malagueña se encargó del guion y en una reciente entrevista en NAT Moderada comentó cómo fue el proceso que comenzó tras la tibia acogida de ¡Protesto! (libro de la editorial de AnaitGames coordinado por Marina Amores) por parte del resto de medios especializados.

Los temas tratados en Nerfeadas siguen siendo igual de relevantes el día que publicamos este texto como cuando se emitió el último capítulo. Esperamos que llegue un día en el que la situación cambie, pero lo más seguro es que cuando leas estas líneas aún sea necesario señalar todo lo que debe cambiar en el sector de los videojuegos si queremos crear un ambiente respetuoso y sano.

No es la manzana, es el cesto

A finales de 2021 es lógico pensar en Activision Blizzard al mencionar casos de abuso y acoso en el ámbito laboral (esta línea se escribió antes del escándalo de Bobby Kotick, por favor, que alguien haga algo con esa empresa). Un asunto muy turbio que sigue coleando, tanto por la necesidad que el propio tema genera, flaco favor a las víctimas haríamos si barremos el tema bajo la alfombra, como por la obcecación de la compañía con ser la empresa más odiada del sector. Cada semana atendemos atónitos a una nueva noticia que indica que pretenden evitar cualquier tipo de juicio y escurrir el bulto. Bastante lejos de asumir sus errores, mucho menos de enmendarlos y perseguir la verdad.

En el primer episodio de Nerfeadas contaron con diez mujeres del sector para abordar asuntos como la bro culture que imperaba en Riot Games, problemas como el síndrome del impostor o lo difícil que resulta hacer networking si esta actividad implica sí o sí la ingesta de alcohol y soportar ciertos comportamientos.

El debut del documental fue magnífico en relación al número total de visualizaciones que ha cosechado Nerfeadas: unas 21.000 de las más de 67.000 que atesoraba en verano de 2021. Por desgracia, debido a la oleada de odio que tuvieron que aguantar sus autoras en redes tras la promoción del primer capítulo, optaron por no anunciar los siguientes.

Las cifras de los siguientes episodios descendieron de forma significativa, pero su contenido mantuvo el nivel. En el segundo capítulo añadieron las voces de otras cinco profesionales a la decena anterior. A pesar de todo lo malo, pudieron reflejar la luz que aporta esperanza: el apoyo de compañeras en redes sociales y todas aquellas personas que valoran su trabajo.

‘Gamergate’

¿Cómo es posible que un asunto de las dimensiones que tuvo el ‘Gamergate‘ siga siendo algo desconocido incluso para los aficionados al mundo de los videojuegos? ¿No debería abordarse desde distintos niveles y dotarlo de la relevancia que han tenido sus consecuencias? ¿En una época en la que el auge de la extrema derecha es más que palpable no queremos conocer cómo se fraguó el campo de prácticas de la difamación, las fake news y el odio más visceral?

Son preguntas que me hago cada vez que leo el término Gamergate, un concepto que me era ajeno hasta que descubrí el trabajo de periodistas y críticas culturales como Marina Amores o Marta Trivi. Con la distancia que otorga el tiempo, imagino que si ciertos temas aún no tienen cabida en gran parte de los medios, lo tenían aún más difícil en su día. Mirar para otro lado y hablar solo de los juegos como si no pasara nada carece de sentido. La industria no se sostiene sin sus trabajadores y tenemos que hablar de sus condiciones. También de todo aquel movimiento de odio vinculado con el sector.

Prensa y marketing

Es innegable que la prensa juega un papel fundamental en la construcción de la realidad (por desgracia aquello de lo que no se habla, no existe). Mucho se ha escrito sobre la prensa especializada en videojuegos, cuál es su papel, su estado actual y sus líneas a seguir. Muchos acudimos al texto de Víctor Martínez tras la renuncia de Eurogamer al sistema de notas en 2015, pero también podemos recurrir a charlas como las que se celebraron este verano en Emerge 21 o a la entrevista de Marta Trivi en NAT Moderada (disculpas por el egocentrismo).

Si bien es cierto que el perfil de jugador hardcore puede llevar a muchos medios a elaborar un tipo de contenido, hay espacio para otro tipo de aproximaciones. La sostenibilidad de medios como Manual o GTM es prueba de ello, por no hablar del crecimiento de AnaitGames, el buen hacer de Nivel Oculto o proyectos tan necesarios como Terebi Magazine. La diversidad dentro de la prensa también es necesaria. Igual que combatir la precariedad. Si queremos más periodismo de investigación, necesitamos que las condiciones laborales mejores.

La mujer como jugadora

Además de un episodio dedicado a las pioneras y referentes históricas (imposible no pensar en Isi Cano, su tesis y su sección en El Tintero de Terebi al hablar de esto), encontraréis varios episodios dedicados a las jugadoras tanto en el mundo de la educación como dentro del panorama competitivo o como consumidoras. La exigencia, en cualquiera de los sectores comentados, es siempre mayor para las mujeres y, por desgracia, las nefastas experiencias en juegos multijugador son tan frecuentes que no sorprenden. Podéis leer el texto que publicó Elena Cortés en AnaitGames sobre esto si buscáis más experiencias sobre el tema.

Aún queda mucho camino por recorrer, pero resulta algo descorazonador ver que ciertas realidades no han variado ni un poquito. Me refiero a ciertas verdades absolutas de lo gamer como que Dark Souls sí, pero Animal Crossing no o que todo juego fácil y que no suponga un reto no merece la pena. Son ganas de limitarlo todo y perderse una cantidad inmensa de obras maravillosas.

Que viene el feminismo

El noveno episodio de Nerfeadases quizá el punto clave para todo aquel que se asome a este documental sin saber mucho de los temas que trata. En mi caso escuché hablar de the male gaze gracias a Lindsay Ellis y sus ensayos sobre Transformers, uno de esos conceptos que una vez conoces no puedes dejar de ver en todas partes. Por desgracia, el episodio está cargado de asuntos horribles como el acoso, el desprestigio, el precedente que sirva como advertencia para otras mujeres…

Y cómo no, FemDevs. Entre todo el ruido, una red de apoyo tan fuerte que aún se mantiene a día de hoy (es una maravilla que hayan podido recuperar las Meetups tras lo peor de la pandemia). En este episodio también se aborda cómo el taller de Girls Make Games llegó a España (de nuevo, imposible no pensar en Isi) y lo sucedido con el evento Gaming Ladies, algo que quizá sí sonara más en su día, aunque fuera por los cenutrios de siempre.

¿Y los hombres, qué?

El décimo y último episodio aborda un tema esencial para cualquier producto cultural: la representación. En este caso se centra en la representación femenina, pero lo hace con la famosa charla sobre ‘El peligro de la historia única’, algo que amplía la mira a los problemas de la representación que solo se nutre de protagonistas hombres blancos cishetero. La excesiva sexualización de los personajes femeninos ha provocado y provoca rechazo en muchas jugadoras, además de dificultar la inmersión.

Es una forma ideal de estropear la experiencia que responde a la falta de diversidad en el entorno creativo, entre otros motivos. Se antoja necesario comprender las problemáticas existentes y desmentir los tópicos si pretendemos que el sector avance. Los creadores de videojuegos tienen una responsabilidad como piezas esenciales de estos productos culturales.

¿Dije que el décimo era el último episodio? Bueno, lo era, pero hubo un epílogo con una promoción ideal (que muchos no entendieron) y un contenido aún mejor. Hombres reconocidos en el sector comentan aspectos tan lógicos como que el aumento de derechos para mujeres y minorías no resta derechos a los hombres. También abordan la necesidad de deconstruirse y que no se trata de dar voz a las mujeres, sino de hacer de altavoz.

Escuchemos a los demás, fomentemos un espacio donde quepan otras miradas, enriquezcamos el sector y reaccionemos ante los movimientos guiados por el odio. Nerfeadas supone una puerta idónea para que muchos conozcamos aspectos que tienden a invisibilizarse. Por suerte, una vez comienzas a ser consciente de según qué asuntos, resulta más sencillo percibirlos. Aprendamos. Mejoremos.

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